Simple Stories in Spanish: La Leyenda del Ratoncito Pérez

Season 3, episode 9

Alfonso XIII became king at birth. When he was about to lose his first tooth, the author Luis Coloma wrote him a story about a mouse (ratón) named Pérez. That mouse visits children all over the Spanish-speaking world when a child loses a tooth.

The legend is mostly told in the past tense, with some present tense in the dialogue. Repeated words include “almohada” (pillow), “diente” (tooth), “rey” (king), “cayó” (fell), and “debajo” (under).

El Ratoncito Pérez

En la boca hay muchos dientes. Los dientes de un niño no son permanentes. Primero, el niño tiene dientes infantiles. Con el tiempo, los dientes infantiles se caen de la boca y el niño recibe sus dientes permanentes. Cuando un niño pierde un diente, hay una tradición.

Típicamente el niño camina a su cama y pone su diente debajo de su almohada. Entonces, cuando el niño duerme en la noche, recibe una visita. Donde se habla inglés, el niño recibe una visita del “hada de dientes” – una mujer pequeña que toma el diente y pone dinero debajo de la almohada. 

En los países hispanohablantes, el costumbre es un poco diferente. No hay un hada de dientes – hay un ratón que se llama “el Ratoncito Pérez”. ¿Quieres saber su origen?

En el año mil ochocientos noventa y cuatro (1894) había un rey. Era el rey de España. Se llamaba Alfonso XIII (trece – 13). El rey era muy joven. De hecho, ¡el rey era un niño! El rey Alfonso era un rey por toda su vida. ¡Alfonso era un rey cuando era bebé! El padre de Alfonso, que también se llamaba Alfonso, se murió. Al momento, la reina María Cristina estaba embarazada. Entonces, cuando Alfonso XIII nació, ya era un rey.

María Cristina quería mucho a su hijo, el rey Alfonso. Ella tenía mucho amor por su hijo. También tenía un nombre especial para su hijo. María Cristina llamaba a su hijo «Bubi».

Cuando el rey Alfonso, o Bubi, tenía ocho años, tenía una sensación rara en la boca. Su tutor llamó a los doctores. Cinco (5) doctores visitaron al joven rey. Los cinco doctores determinaron que Bubi estaba al punto de perder su primer diente. 

El rey estaba triste y asustado. Su madre, María Cristina, quería calmar a su hijo. Entonces ella habló con un autor. El autor se llamaba Luis Coloma. Coloma tenía una idea para ayudar al rey. Él adaptó un cuento de hadas para el rey.

En el cuento, había un ratón que se llamaba Pérez. El ratón Pérez vivía en Madrid. Vivía con su familia en una caja de galletas dentro de un edificio grande.

La familia del ratón Pérez pasaba todo su tiempo en el edificio. Ellos estaban muy contentos vivir en una caja de galletas en un edificio grande. Pero el ratón Pérez no estaba contento. No quería pasar todo su tiempo en el edificio grande y la caja de galletas. 

Al ratón Pérez le gustaba la aventura. Le gustaba explorar. Él era muy atrevido. En la noche, el ratón Pérez salía de la caja de galletas y exploraba la ciudad de Madrid. El ratón Pérez exploraba la ciudad de Madrid por medio de las pipas de la ciudad. Las pipas conectaban todos los edificios. Las pipas conectaban todas las casas. Las pipas también conectaban con el castillo.

Un día, el ratón Pérez tuvo una aventura increíble. En su aventura, el ratón entró al castillo. El castillo era grande y había muchas personas. El castillo era bonito y había mucho arte. Pero el castillo también era peligroso. Había trampas de ratón y un gato grande que le gustaba comer los ratones.

El ratón Pérez miró las trampas y el gato. Él tenía que ser muy inteligente para no estar atrapado. El ratón caminó con mucho cuidado y silencio. No tocó las trampas. No tocó el gato. ¡Pero el gato miró el ratón! El gato corrió al ratón. El ratón Pérez tenía que ser inteligente para escaparse del gato. Él corrió cerca de una trampa de ratón. Entonces el gato vio el ratón. Saltó en el aire para agarrar el ratón. Al último momento, el ratón corrió del gato. Entonces el gato no agarró el ratón – ¡agarró una trampa de ratón! Ahora el gato estaba muy enojado y gritó al ratón.

El ratón Pérez estaba nervioso y asustado. Él vio una puerta. Había un espacio pequeño debajo de la puerta. El ratón corrió debajo de la puerta y entró a un dormitorio. En el dormitorio había un niño. El niño miró al ratón y dijo:

—Hola. ¿Estás bien? ¿Necesitas ayuda?

—¡Sí! Hay un gato que quiere matarme y trampas para atraparme —respondió el ratón.

—¡Qué terrible! —dijo el niño—. Eso no es aceptable. Me gustan los ratones.

Entonces el niño llamó a un sirviente. Explicó al sirviente que no quería ver más trampas de ratón y que el gato tenía que salir del castillo.

El ratón Pérez estaba muy sorprendido. ¡El niño tenía mucha importancia en el castillo! 

—Gracias, señorito — dijo el ratón—. Pero, ¿por qué escuchan a las órdenes de un niño?

—Señor ratón —respondió el niño. Yo no soy solo un niño. Soy el rey de este castillo.

Ahora el ratón estaba más sorprendido y dio muchas gracias al rey pequeño. 

Después de ese día, el ratón Pérez visitaba al rey mucho.El rey estaba feliz tener un pequeño amigo. Pero un día, el rey no estaba feliz.

—¿Qué le pasa, señor rey? —preguntó Pérez.

—Hay un problema en mi boca. ¡Se me cayó un diente! —respondió el rey.

El ratón Pérez miró el pequeño diente blanco en la cama. Estaba al lado de la almohada del rey. El rey continuó hablando:

—Mi madre dice que perder un diente no es un problema grande. Ella dice que voy a tener un diente nuevo, ¡como magia! Pero estoy un poco triste.

El ratón escuchó al rey. El ratón vio que el rey estaba preocupado y triste. Entonces el ratón Pérez decidió preparar una sorpresa para el rey. Decidió hacer un poco de “magia”.

Esa noche cuando el rey dormía, Pérez entró a su dormitorio. Él robó el pequeño diente blanco del rey. Entonces, puso un pequeño regalo debajo de la almohada del rey.

En la mañana el rey se levantó y no miró su diente. Levantó su almohada para buscar el diente y miró el pequeño regalo del ratón Pérez. El niño estaba muy emocionado. En la noche, el pequeño rey contó toda la sorpresa al ratón Pérez.

Cuando Pérez vio que el joven rey estaba feliz, decidió hacer feliz a otros niños. Entonces empezó a usar sus aventuras en Madrid para robar los dientes de niños y dejar regalos o dinero.

Luis Coloma leyó su historia al rey Alfonso XIII, o Bubi. El niño rey estaba fascinado. Entonces quería perder su diente para recibir una visita del ratoncito Pérez. 

Un doctor agarró el diente y jaló. El diente se cayó de la boca del rey Bubi. María Cristina ayudó a su hijo a escribir una carta al ratoncito Pérez. En la noche, Bubi puso la carta y su diente debajo de su almohada. En la mañana, la carta y el diente no estaban. Pero había un pequeño regalo en su lugar.

Hoy en día, los ancestros del ratón Perez todavía visitan las casas para robar los dientes caídos y dejar dinero o un regalo en su lugar. Hay nombres diferentes como “Ratoncito”, “la Rateta”, “Adolfo”, o simplemente “el ratón de dientes”. Unos dicen que el ratón Pérez vivía en una oficina de dentista. Otros que simplemente tenía una fascinación con los humanos y sus dientes. Pero en todos los cuentos, los ratones roban dientes y dejan regalos en su lugar para los niños hispanos.

El fin.

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