Season 7, episode 2
This seventh season of Simple Stories in Spanish is updating some of my favorite episodes. Today’s remake is from Season 1, episode 13: Las vacas perdidas. (Read the original here) I really enjoyed writing Las vacas perdidas. In the remake, I changed the story from the third person to the first person. I put the story in the past tense, and I added more numbers. Paula enjoys living in the mountains with her dog Bobo and her 150 cows, which she counts every day. One time Paula’s cows got into some sticky situations, but helping them brought her a real surprise.
This story starts in the present tense and moves into the past. Repeated words and phrases include “vaca” (cow), “perdida” (lost), “oyó” (heard), “ladró” (barked), “tras” (after/behind) and “metida” (stuck).
Las vacas perdidas – versión nueva
Hola, soy Paula. Soy una mujer fuerte y solitaria. No soy muy sociable, prefiero estar con mi perro. No tengo muchos amigos porque vivo lejos de la civilización. Soy una ranchera y vivo en un rancho en las montañas. Tengo muchas vacas en mi rancho. Tengo ciento cincuenta (150) vacas. Cuento mis vacas todos los días. Cuento mis vacas por diez. Diez (10), veinte (20), treinta (30), cuarenta (40), cincuenta (50), sesenta (60), setenta (70), ochenta (80), noventa (90), cien (100), ciento diez (110), ciento veinte (120), ciento treinta (130), ciento cuarenta (140), ciento cincuenta (150). Me gustan mucho mis vacas y son importantes. Las cuido y les doy de comer. A veces hablo con ellas o les canto. Mis vacas solo me dicen «muuu».
Mi perro me acompaña en las montañas. Mi perro se llama Bobo. Es un perro blanco y negro. Tiene mucha energía. Le gusta correr en las montañas. Le gusta correr tras las vacas. Yo cuido a Bobo porque es mi único amigo. Quiero mucho a Bobo. Le doy de comer. Le hablo y le canto. Pero Bobo solo me dice «Guau uau».
Paso mucho tiempo en las montañas con mis vacas y perro. Las vacas comen el pasto verde y están muy felices. Yo camino con Bobo en las flores y respiro el aire fresco. La mayoría del tiempo todo va bien y disfruto mucho mi tiempo en las montañas, pero a veces las vacas se pierden en los árboles y yo tengo que buscarlas. Cada día yo cuento las vacas para ver si tengo todas.
Un día estaba contando mis vacas. Diez, veinte, treinta, cuarenta, cincuenta, sesenta, setenta, ochenta, noventa, cien, ciento diez, ciento veinte, ciento treinta, ciento cuarenta, ciento cuarenta y uno (141), ciento cuarenta y dos (142), ciento cuarenta y tres (143), ciento cuarenta y cuatro (144), ciento cuarenta y cinco (145), ciento cuarenta y seis (146), ciento cuarenta y siete (147).
Solo conté ciento cuarenta y siete (147) vacas. Me faltaron tres (3) vacas. No sabían por dónde estaban. ¡Tres de mis vacas estaban perdidas!
Bobo y yo buscamos las tres vacas. Buscamos en los árboles y buscamos en el pasto verde. Creo que Bobo oyó un ruido porque ladró «Guau uau» y corrió hacia un lago. Yo corrí tras Bobo. Más cerca del lago yo oí la vaca también. «Muuu».
Corrí con Bobo a la vaca. Estaba cerca del lago, pero estaba metida en un charco de barro. El barro era café y espeso pues la vaca no podía mover muy bien. Estaba muy metida en el barro y no pudo salir.
Necesitaba ayudar a la vaca. Tomé una cuerda y formé un lazo. Tiré el lazo por encima de la cabeza de la vaca. Cuando la cuerda estaba en posición alrededor del cuello de la vaca yo jalé. Jalé y jalé. La vaca solo movió un poco. Entonces yo jalé más la cuerda. Bobo me ayudó. También agarró la cuerda y jaló. Después de jalar por unos minutos la vaca pudo mover sus piernas. Bobo y yo jalamos más y la vaca empezó a liberarse del barro. Poco tiempo después la vaca estaba libre. Tomé la vaca al resto del grupo.
Conté las vacas de nuevo. Diez, veinte, treinta, cuarenta, cincuenta, sesenta, setenta, ochenta, noventa, cien, ciento diez, ciento veinte, ciento treinta, ciento cuarenta, ciento cuarenta y uno, ciento cuarenta y dos, ciento cuarenta y tres, ciento cuarenta y cuatro, ciento cuarenta y cinco, ciento cuarenta y seis, ciento cuarenta y siete, ciento cuarenta y ocho.
Solo había ciento cuarenta y ocho (148) vacas. Me faltaron dos (2) vacas. No sabía por dónde estaban. Dos de mis vacas estaban perdidas.
Caminé con Bobo para buscar las dos vacas. Buscamos en los arbustos y en el pasto verde. Creo que Bobo oyó un ruido porque ladró «Guau uau» y corrió hacia los árboles. Yo corrí tras Bobo. Más cerca de los árboles yo oí la vaca también. «Muuu».
Corrí con Bobo a la vaca. Estaba metida en los árboles. Las ramas de un árbol tenían atrapada a la vaca. La vaca no podía mover muy bien. Estaba muy metida en los árboles y no pudo salir.
Quería ayudar a la vaca. Tomé un cuchillo. Usé el cuchillo y cuidadosamente corté las ramas del árbol. Corté rama tras rama. La vaca pudo mover un poco. Corté más ramas. Bobo quería ayudar. Él agarró las ramas y las movió para hacer más espacio para la vaca. Después de varios minutos, la vaca estaba libre. Tomé la vaca al resto del grupo.
Conté las vacas de nuevo. Diez, veinte, treinta, cuarenta, cincuenta, sesenta, setenta, ochenta, noventa, cien, ciento diez, ciento veinte, ciento treinta, ciento cuarenta, ciento cuarenta y uno, ciento cuarenta y dos, ciento cuarenta y tres, ciento cuarenta y cuatro, ciento cuarenta y cinco, ciento cuarenta y seis, ciento cuarenta y siete, ciento cuarenta y ocho, ciento cuarenta y nueve.
Solo había ciento cuarenta y nueve (149) vacas. Me faltó una (1) vaca. No sabía por dónde estaba. Una de mis vacas estaba perdida.
Caminé con Bobo para buscar la vaca. Buscamos en los arbustos y árboles. Buscamos en el pasto verde y el barro café. Creo que Bobo oyó un ruido porque ladró «Guau uau» y corrió hacia el pasto. Yo corrí tras Bobo y oí la vaca también. «Muuu».
Corrí con Bobo a la vaca. Estaba en el pasto. No estaba metida en el barro o atrapada en un árbol. Estaba perfectamente bien. Pero la vaca no movía. Grité a la vaca, pero no movió. Empujé la vaca, pero no movió. Jalé la vaca, pero no movió. Bobo ladró a la vaca, pero no movió.
-¿Qué es tu problema, vaca? -le dije. Pero solo respondió con «muuu». La vaca no quiso mover. Revisé la vaca. Toqué sus patas y hombros. Toqué su cabeza. Cuando toqué su estómago, comprendí su problema.
Toqué su estómago suavemente. Le canté suavemente. Poco tiempo después, la vaca movió. Miré el pasto detrás de la vaca y allí estaba un ternero. ¡Mi vaca tuvo un bebé! El ternero chiquito me miró con sus ojos grandes y dijo «muuu». Después se levantó y caminó a su mamá. Caminé con Bobo, la vaca y el ternero al grupo.
Conté las vacas de nuevo. Diez, veinte, treinta, cuarenta, cincuenta, sesenta, setenta, ochenta, noventa, cien, ciento diez, ciento veinte, ciento treinta, ciento cuarenta, ciento cincuenta, ciento cincuenta y uno (151). No me faltó ninguna vaca – ¡me sobró una vaca!
El fin.
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