Season 10, episode 24
Sandra is a Spanish teacher on her way to Costa Rica for a much needed vacation. But Sandra’s plans are interrupted when a handsome stranger pushes her out of the airplane over the Yucatan peninsula of Mexico. Now she is in for the adventure of her life.
This story is in the third person and present tense. Important vocabulary in the story includes: “asiento” (seat),“avión” (plane), “pasillo” (aisle), “agarra” (grab) and “refugiar” (to take shelter).
La aventura de la vida
Sandra está lista para las vacaciones. Le gusta su trabajo como maestra en una escuela secundaria, pero necesita un descanso de los estudiantes energéticos. El año ha sido estresante y Sandra quiere tiempo para relajarse. Decide ir a la playa de Costa Rica.
Todo está listo para su viaje. Tiene su pasaporte, su hotel, y su vuelo. Sandra está muy emocionada. Llega al aeropuerto con mucho tiempo. Compra un café y lee un libro mientras espera su avión.
Después de leer por un rato, Sandra pone el libro a un lado y mira a las personas. Hay parejas enamoradas que obviamente van a Costa Rica para su luna de miel. Hay grupos de amigos que van por una semana divertida. Hay familias que van con sus hijos chiquitos. Hay estudiantes que repiten palabras españolas mientras estudian. Hay pocas personas que viajan solas como ella.
Por fin llega el tiempo de subir al avión. Sandra espera su turno con paciencia. Es una maestra y no tiene mucho dinero, así que tiene una silla en la parte de atrás del avión y es uno de los últimos en subir. Encuentra su asiento al lado de los baños y sigue leyendo su libro. Es un libro de ficción ubicado en la tierra de los mayas.
—Los mejores asientos en un vuelo —una voz masculina interrumpe. Sandra cierra su libro y ve un hombre guapo y moreno que le habla.
—¿Crees que los mejores asientos están al lado del baño? —Sandra responde.
—Claro. No hay nadie detrás de ti para pegar tu asiento —el hombre guapo contesta y se sienta a su lado—. Soy Gabriel. ¿Cómo te llamas?
—Sandra.
—Mucho gusto, Sandra.
—Igualmente, Gabriel.
—¿Qué lees? —pregunta Gabriel indicando el libro de Sandra.
—El jaguar. Es un libro de ficción histórica sobre los mayas —responde Sandra.
—Qué interesante. ¿Sabes mucho sobre los mayas, o solo lees su ficción? —pregunta Gabriel.
—Sé bastante, pero no soy experta. Soy maestra de español y enseño a mis estudiantes sobre los mayas —explica Sandra.
—¿Por qué no vas a la tierra de los mayas en vez de Costa Rica? —dice Gabriel con curiosidad.
—Porque estoy de vacaciones y solo quiero relajarme en la playa. Necesito distancia de cosas escolares. Y créeme, este libro no es educativo. Es pura ficción y entretenimiento —dice Sandra.
—Entonces, no te distraigo más de tu entretenimiento. Puedes seguir leyendo —dice Gabriel. Se pone audífonos y deja de hablar con Sandra.
Sandra abre su libro de nuevo, pero no puede enfocarse completamente. Gabriel es muy guapo y simpático. Quiere seguir hablando con él, no tiene muchas oportunidades de hablar con hombres guapos dónde vive, pero no puede pensar en un tema para agarrar su atención. Además, un hombre tan bueno como Gabriel seguramente tiene una novia en casa.
Después de estar en el avión por una hora, Sandra tiene que usar el baño. Pone su libro en su mochila. Toca el hombro de Gabriel y pide permiso para pasar. Gabriel se levanta y mueve al pasillo para que Sandra pase. Mientras usa el baño la luz de “asegurarse el cinturón” aparece para indicar que pasan por turbulencia.
«Siempre me pasa en el momento más inoportuno» piensa Sandra. Hay un ruido muy fuerte fuera de la puerta. Sandra piensa que la turbulencia es muy mala. Sandra se lava las manos rápidamente y abre la puerta para volver a su asiento, pero hay un hombre fornido e intimidante bloqueando el pasillo.
—El baño está desocupado si lo necesitas —dice Sandra con una sonrisa nerviosa. El hombre responde con una sonrisa malvada. Levanta sus manos para agarrar a Sandra cuando Gabriel aparece detrás de él. Toca dos puntos específicos en su cuello, y el hombre se desploma. Gabriel empuja su cuerpo gigante en el baño.
—¿Qué pasa? —pregunta Sandra.
—No hay tiempo para explicar ahora. Ponte esto —dice Gabriel y le pasa su mochila.
—¿Por qué? Voy a mi asiento —dice Sandra.
—No vas a tu asiento. Vienes conmigo —dice Gabriel. Agarra a Sandra y la conecta a un arnés. Luego abre la puerta de emergencia y salta.
Sandra está en shock. Nunca ha saltado de un avión en su vida. Grita muy fuerte. Está cayéndose por el aire y tiene mucho miedo. Después de un buen rato Gabriel jala una cuerda y un paracaídas abre y reduce su velocidad hacia la tierra.
Sandra mira abajo. Hay mucha vegetación y pocas casas. ¡Van a chocar con los árboles!
—¡Levante tus pies! —grita Gabriel.
—¿Qué? —grita Sandra.
—¡Levanta tus pies! —repite Gabriel.
Sandra levanta sus pies mientras Gabriel maneja el paracaídas a un campo, lejos de los árboles. Sandra está muy aliviada cuando tocan la tierra y Gabriel la desconecta. Se levanta y empieza a correr.
—¿Adónde vas? ¡No te vayas! ¡Sandra! —grita Gabriel. Sandra no escucha, sigue corriendo, pero está débil y en shock y no corre lejos. En poco tiempo Gabriel la alcanza.
—Sandra, necesitamos quedarnos juntos —dice con calma.
—¿Por qué necesito quedarme con un hombre que me empujó de un avión? —pregunta Sandra.
—Lo hice para tu protección —dice Gabriel.
—¡¿Protección?! ¿Por qué necesito protección? No soy nadie importante. ¡Soy maestra en una escuela secundaria! ¡A nadie le importo! —grita Sandra.
—Te puedo explicar, pero primero necesitamos encontrar refugio. Saben que saltamos del avión y nos van a buscar —dice Gabriel.
—No te sigo a ninguna parte hasta que me expliques qué está pasando —dice Sandra. Se sienta dramáticamente en una roca y se niega a moverse.
—No tenemos tiempo para esto. Créeme. Soy el hombre bueno en esta situación —dice Gabriel.
—Yo no sé eso. Tú podrías ser el hombre malvado. Necesito una razón para creerte —dice Sandra.
—Bueno, ¿pero puedo explicarlo mientras caminamos? Será muy fácil encontrarnos aquí en este campo. Necesitamos refugiarnos —dice Gabriel.
Sandra no confía completamente en Gabriel, pero confía mucho menos en el hombre grande que estaba en el avión, entonces se levanta de la roca y sigue a Gabriel.
—¿Dónde estamos? —le pregunta.
—En el Yucatán —responde Gabriel, checando una brújula.
—¿Y adónde vamos? —pregunta Sandra.
—Mientras caíamos vi una casa que parecía abandonada. Podemos pasar la noche allí y hacer un plan.
—¿Y vas a explicarme ahora qué está pasando? —pregunta Sandra exasperada.
—El hombre en el avión quería hacerte daño. Yo te rescaté —explica Gabriel.
—Esta es una explicación pésima. Nadie quiere hacerme daño. Solo soy…
—Ya sé. Solo eres una maestra de español en Lincoln Middle School en el pueblo pequeño de Aurora, Nebraska. Pasas tus días enseñando en la escuela y tus tardes leyendo en casa. Los fines de semana vas a Lincoln para visitar a Lula, tu abuela materna. Ella te regaló el libro que estabas leyendo en el avión.
—¿Cómo sabes todo eso? —pregunta Sandra asombrada.
—Necesito tu ayuda para encontrar algo. Y aparentemente, necesitas mi ayuda para seguir viva —responde Gabriel—. ¿Qué dices, Sandra? ¿Estás lista para una aventura?
El fin.
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¡Muchas gracias por escuchar! Thank you for listening, and a HUGE thank you for your support. I really enjoy creating and sharing simple, comprehensible stories in Spanish. If you would like to help me in that endeavor, consider buying me a taco!
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!Estoy emocionada para parte 2!