Season 9, episode 4
When the Old Christians Rugby Club chartered a flight from Uruguay to Chile, they were excited at the prospect of their upcoming match. The 45 passengers included the team and some family and friends. The plane hit turbulence over the Andes mountains resulting in a crash that would prove fatal for many on board. The remaining survivors were trapped on a snowy mountain, not knowing their fate.
This story does discuss death and other disturbing images, so listener discretion is advised.
This story is told in the third person and the past tense. Important vocabulary in the story includes: “chocó” (crashed), “avión” (plane), “fuselaje” (fuselage/main body of an aircraft), “heridas” (wounds/injuries), “siguieron” (continued/kept going) and “sobrevivientes” (survivors).
El milagro en los Andes
Nando Parrado tenía 22 (veintidós) años. Era estudiante en la universidad y jugaba al rugby con el Old Christians Club en Montevideo, Uruguay. En 1972 (mil novecientos setenta y dos) se subió un avión junto con su madre, Eugenia, y su hermana menor, Susi. El club iba desde Uruguay a Chile para participar en una exposición. Había espacio en el avión, por eso Nando decidió invitar a su madre y Susi. Ellas eran fanáticas del equipo y estaban emocionadas hacer el viaje a Chile a mirar el partido.
Todo iba bien hasta que llegaron a las montañas de los Andes. Las nubes cubrían los altos picos de las montañas. El avión encontró turbulencia. La fuerte turbulencia movió el avión hacia arriba y abajo. Los jugadores de rugby no tenían miedo a la turbulencia hasta que vieron las montañas. Estaban muy cerca de las montañas, demasiado cerca.
El piloto trató de mover el avión, pero no pudo evitar una colisión con la montaña. El avión chocó con la montaña. Poco después el avión chocó de nuevo y la ala derecha desapareció. El avión continuó hacia adelante y hacia arriba, pero chocó con otra montaña y la ala izquierda, la cola y cinco pasajeros desaparecieron.
El avión fue destrozado y el resto del fuselaje cayó en un glaciar. Al menos cuatro personas se murieron con el impacto, entre ellos el piloto, el médico del equipo y su esposa, y Eugenia, la madre de Nando Parrado. De las 45 (cuarenta y cinco) personas originales a bordo, 32 (treinta y dos) sobrevivieron el choque. Pero ahora tenían que enfrentarse a la nieve, la altura y sus heridas para sobrevivir.
Los sobrevivientes estaban en shock. Eran de la costa de Uruguay, no estaban acostumbrados a la altura ni al frío. Tenían miedo. Solo contaban con la esperanza de ser rescatados.
Después de tres días en la nieve, todos tenían mucha hambre. Buscaron comida por todas partes del fuselaje. Había algunas barras de chocolate, pero no había otra comida.
Nando Parrado sufrió una fractura de cráneo cuando el avión chocó con el glaciar. Estuvo en coma por tres días, pero no murió. Cuando recuperó la conciencia, aprendió de la muerte de su madre. Su hermana no estaba muerta, pero estaba en condiciones graves.
Nando abrazó a su hermana porque no podía hacer más. No era médico y las heridas de su hermana eran internas. Nando estaba al lado de Susi hasta su muerte, ocho días después del choque.
Los sobrevivientes no iban a sobrevivir mucho tiempo más sin agua. Necesitaban ser creativos. Tomaron el aluminio de las sillas para crear una forma de recolectar agua usando el calor del sol. También hicieron zapatos con los cojines para caminar en la nieve.
Diez días después del choque, los sobrevivientes estaban literalmente muriendo de hambre. Lo intentaron todo. Comieron las sillas. Comieron toda la comida que encontraron en el avión. Nando tuvo un cacahuate cubierto de chocolate que comió por tres días.
Por fin, Roberto Canessa, un estudiante médico, propuso la idea de consumir la carne de los muertos. Tomó un pedazo de cristal y cortó carne de un cadáver. No todos los sobrevivientes participaron al principio, pero con el tiempo y la pérdida de esperanza de un rescate, eventualmente todos comieron carne humana.
Diecisiete días después del choque, los sobrevivientes estaban dormidos cuando oyeron un ruido aterrador: una avalancha. La avalancha chocó con el fuselaje. Nando y varios otros estaban cubiertos de nieve. Los que podían, excavaron para rescatar a sus compañeros, incluyendo a Nando y algunos más. Ocho personas no tenían tanta suerte y murieron en la nieve. Ahora solo quedaban 17 (diecisiete) personas.
Seis semanas pasaron. Los sobrevivientes aún tenían esperanza. Exploraron un poco y encontraron la cola del avión y movieron el equipaje para hacer una cruz en la nieve. Encontraron las baterías para la radio. Sin embargo, no tenían experiencia para reparar la radio y no funcionó. También encontraron algo más en la cola del avión: aislamiento térmico. Con el aislamiento térmico hicieron un saco de dormir.
Nando Parrado sabía que solo había una opción: tenía que salir de la montaña. Desde la muerte de su hermana, Nando había pensado en cómo salir de la montaña. Inspeccionaba mapas y observaba las montañas, buscando una salida.
Seleccionó el día 12 (doce) de diciembre para embarcar y le pidió a Roberto Canessa que lo acompañara. Todos los sobrevivientes trabajaron juntos para preparar ropa, zapatos, agua y comida para Nando y Roberto.
Basándose en las últimas palabras del copiloto, Nando creía que estaban en las montañas cerca de la civilización de Chile, entonces fueron hacia el oeste, pensando que era la ruta más corta y directa.
La primera parte de la excursión fue la más difícil. Para salir del glaciar, tendrían que subir una montaña de unos 15,000 (quince mil) pies de altura. Avanzaron paso a paso, poco a poco. Cuando llegaron a la cumbre, esperaban ver la civilización abajo, pero solo vieron más montañas y más nieve.
Nando no iba a darse por vencido. Él y Roberto siguieron adelante. Por fin, vieron árboles y agua. Siguieron caminando. Caminaron por un total de diez días, pensando que iban a morir. Cuando no pudieron más, 69 (sesenta y nueve) días después del choque, vieron a un hombre. Estaba montado a caballo al otro lado de un río. Con el ruido del rió, no podían comunicarse. El hombre tiró una roca con un papel y lápiz a Nando. Nando escribió:
Vengo de un avión que cayó en las montañas. Soy uruguayo. Hace diez días que estamos caminando. Tengo un amigo herido arriba. En el avión quedaron catorce personas heridas. Tenemos que salir rápido de aquí y no sabemos cómo. No tenemos comida. Estamos débiles. ¿Cuándo nos van a buscar arriba? Por favor, no podemos ni caminar. ¿Dónde estamos?
Nando tiró el mensaje al hombre. El día siguiente, personas llegaron a Nando y Roberto. Los llevaron a una casa donde comieron comida caliente por primera vez en 70 (setenta) días. Hablaron con oficiales y después fueron en dos helicópteros a buscar a los otros sobrevivientes.
Fue difícil ver objetos en la nieve y Nando estaba nervioso. No conocía su ruta exacta. Finalmente, vieron a gente en las montañas. Catorce hombres celebraron al ver los helicópteros. Rescataron a seis personas inmediatamente. Debido al mal tiempo, rescataron al resto de los sobrevivientes el día siguiente.
El avión chocó con la montaña en Argentina, no en Chile, el 13 (trece) de octubre. Los helicópteros chilenos encontraron el fuselaje con Nando el 22 (veintidós) de diciembre. De los originales 45 (cuarenta y cinco) personas a bordo del avión, sobrevivieron16 (dieciséis) hombres.
Varias personas ven esta historia como una de terror y canibalismo, pero las entrevistas con los sobrevivientes enseñan que el milagro en los Andes es una historia de esperanza y la fuerza humana. No sabemos de lo que somos capaces.
El fin.
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