Season 8, episode 19
This new season of fresh stories all about personal experiences. If you’ve been following me for a while, you may know that I am from the state of Minnesota, but I live in Colorado. So, how did I get here? It wasn’t an easy decision or experience to move to Colorado, however, I am glad to be here and couldn’t imagine living anywhere else.
This story is told in the first person using the past tense. Important vocabulary in the story includes: “entrevista” (interview), “vuelo” (flight), puerta de embarque (gate in an airport terminal), retraso (delay), and ventilador (electric fan).
Mi viaje a Colorado
Al fin de abril de dos mil cuatro (2004), me gradué de la universidad con un diploma en teatro y enseñanza de español. Durante mi último semestre de la universidad fui a unas ferias de maestros. En las ferias de maestros hay escuelas de toda la nación que quieren contratar maestros. Las escuelas en Minnesota, las Dakotas y Wisconsin tenían filas muy largas. Pues, yo visité con representantes de escuelas más distantes.
No quería vivir en el norte. Quería experimentar algo diferente. Soy de un pueblo y quería ir a una ciudad. Soy del norte y quería ir más al sur.
Unas escuelas hacían entrevistas durante la feria. Yo tuve entrevistas con escuelas en Virginia, Maryland, Illinois y Georgia. Entrevisté con distritos muy grandes en esos estados. Finalmente, acepté trabajar en el distrito de la ciudad de Hampton, Virginia.
Trabajé en Hampton por dos años. Fueron dos años difíciles. Pensaba que quería vivir en una ciudad, pero después de vivir en una, quería volver a un pueblo. No me gustaba el tráfico. No me gustaba la cantidad de personas. No me gustaba la violencia del área.
Además, estaba sola. Fue muy difícil hacer amigos y mientras estaba casada en ese entonces, mi exesposo no estaba en casa mucho porque su compañía lo mandó a trabajar en Florida.
Busqué un trabajo fuera de Virginia. Mi ex había vivido en Colorado por unos años y quería volver al área, entonces busqué empleo en un pueblo en Colorado. Solicité en escuelas de varios pueblos en el oeste de Colorado.
Recibí una llamada dentro de dos días. Yo estaba en mis vacaciones de primavera y estaba tomando el sol en la playa Virginia cuando recibí la llamada. La directora de la escuela quería hacer una entrevista de teléfono inmediatamente. ¡Yo entrevisté por el trabajo en la playa en mi traje de baño! Dos horas después, recibí una llamada de otra escuela e hice otra entrevista. El próximo día las dos escuelas me ofrecieron un puesto y las dos estaban en el mismo distrito. Yo decidí que fue una señal de Dios. Después de hablar con los dos directores, decidí aceptar el puesto de la primera escuela que me llamó.
Ahora que había decidido mudarme a Colorado, necesitaba visitar el área y encontrar dónde vivir. Compré un boleto de avión de ida y vuelta para volar desde Norfolk, Virginia a Grand Junction, Colorado. El vuelo tenía dos escalas: una en Nueva York y otra en Denver.
Llegué al aeropuerto en Virginia y abordé el avión, pero el avión no movió. Nos informaron que había una tormenta en el norte y tuvimos un retraso de una hora. Después de cuarenta y cinco (45) minutos en el avión nos dijeron que tuvimos que esperar en el aeropuerto porque el retraso sería dos horas. Decidí ir al baño del aeropuerto y mientras estaba en el baño anunciaron de repente que cancelaron el retraso y todos los pasajeros tuvieron que subir al avión. Me lavé las manos y volví corriendo al avión. Subí nuevamente y el avión salió de la puerta de embarque y fue a la pista.
Pues, el avión estuvo en la fila de la pista por treinta minutos antes de despegar. Yo me puse nerviosa porque tenía que cambiar aviones en Nueva York y ahora no tendría mucho tiempo para llegar a mi conexión. Por suerte, el avión llegó rápidamente a Nueva York. Chequé la información de mi vuelo. Tuve solo quince (15) minutos.
Estaba en el aeropuerto LaGuardia. Es un aeropuerto grande y las terminales son distantes. Resultó que la puerta de embarque de mi vuelo estaba en otra terminal. Tendría que salir del edificio, correr a la otra terminal y pasar por el control de seguridad antes de llegar a mi conexión a Denver. No pude hacer todo eso en quince minutos.
Fui al mostrador para hablar con un representante de la compañía. El próximo vuelo disponible no salía hasta las seis y media de la mañana. Tendría que pasar la noche en Nueva York. Afortunadamente, en ese momento, mi hermana vivía en Nueva York. El esposo de mi hermana (mi cuñado) estaba haciendo su residencia en un hospital cerca del aeropuerto. Llamé a mi hermana y mi cuñado, vino a recogerme.
Pasé la noche en el apartamento de mi hermana. Fue el fin de junio y hacía mucho calor. El apartamento de mi hermana no tenía aire acondicionado, pues puso varios ventiladores en la sala para refrescar el ambiente. Mi hermana programó una alarma para despertarme en la mañana ya que tenía que llegar muy temprano al aeropuerto. Me dormí casi inmediatamente en el sofá con el ruido de los ventiladores.
Me levanté a los gritos de mi hermana. Algo no estaba bien. Miré la hora. ¡Eran las seis y el vuelo salía a las seis y media! Con todo el ruido de los ventiladores, nadie había oído la alarma. Corrí al baño y me preparé en menos dos minutos. Después mi cuñado manejó como un loco con toda prisa al aeropuerto. Fue como un conductor de Nascar.
Al llegar al aeropuerto, entré corriendo. Después de pasar por el control de seguridad, corrí con mis zapatos en la mano hacia la puerta de embarque. Obviamente, fue la última puerta de la terminal. Llegué justo a tiempo porque estaban cerrando la puerta. Abordé el avión y tuve que pasar por todos los pasajeros frustrados para llegar a mi asiento en la última fila. Estaba llena de adrenalina por la última media hora, ¡pero estaba en camino a Colorado!
Llegué a Denver sin problemas. Tuve una conexión en Denver y tuve que ir a otra terminal. El aeropuerto de Denver es distinto al aeropuerto de LaGuardia porque Denver tiene un tren que conecta las terminales. Así que fue fácil llegar a la próxima puerta de embarque.
El vuelo de Denver a Grand Junction fue rápido y bonito. Pasé todo el tiempo pegada a la ventana admirando las montañas. Llegué a Grand Junction y renté un coche. Manejé a un pueblo pequeño, compré una casita y el resto es historia.
Cuando llegué a Colorado, no me gustaba tanto. Todo era de color marrón. Después de todo el verde de Virginia y todo el agua de Minnesota, Colorado me parecía feo. Gracias a Dios, hice amigos que me mostraron la belleza de Colorado. Hice rafting en el río Colorado. Me bañé en aguas termales. Caminé por senderos en el bosque y en el desierto. Escalé montañas. He vivido aquí durante diecisiete años y no puedo imaginar mi vida en otro lugar.
El fin.
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