Season 8, episode 10
This new season of fresh stories all about personal experiences. Living in Indonesia had a huge impact on my mother. Although she was young, she remembers much of her time there. While most of her time was spent in Kisaren, she also traveled to other places with her family. Her journey home marked a literal journey around the world that changed her forever.
This story is told in the first and third person using the past tense. Important vocabulary in the story includes: “fueron” (they went), “llegaron” (they arrived), “tuvieron” (they had), “volaron” (they flew) and “se quedaron” (they stayed).
Unos viajes en Indonesia, parte 4
A las ocho años, mi madre fue con su padre, madre, hermana gemela y hermanito a vivir en Sumatra, Indonesia.
Mientras en Indonesia, ellos viajaron a diferentes lugares. Un destino de vacación para mis abuelos y sus hijos era Parapat que está situado en el lago Toba. El lago Toba es de origen volcánico. Es el lago más grande de Indonesia y el lago de cráter más grande del mundo. ¡Hasta tiene una isla! Cuando mi madre era niña, había una hermosa playa y le encantaba ir. Una vez en Parapat conocieron al embajador estadounidense y su esposa. ¡Otra vez vieron una rana enorme que medía todo un pie de alto! «¡Kodok!» mi madre gritó. (La palabra “kodok” significa rana en Indonesia).
Además de la playa, fueron a la isla en el centro del lago. La isla se llama Samosir. Allá vieron las casas Batak. Las casas Batak están situadas en pilares que elevan las casas de la tierra. Son casas únicas con techos inclinados que dominan la casa. Los animales, como gallinas, cabras y cerdos, vivían debajo de la casa.
Una vez mis abuelos fueron a la plantación Wingfoot. Era una plantación de caucho de la compañía Goodyear. Fueron por tren y el viaje pasó lentamente. El tren quemó madera por su energía. Paró frecuentemente por más madera y personas. Mis abuelos y sus hijos estaban con varias familias norteamericanas en el tren porque fue una excursión de la compañía US Rubber. Los niños estaban muy aburridos y las mamás estaban hartas de los niños, entonces mandaron a los hijos a estar con sus padres. Sus padres jugaban a cartas o naipes en el tren. Los niños leyeron las cartas de sus papás, entonces los papás mandaron a sus hijos de regreso a sus mamás.
Cuando por fin llegaron a Wingfoot, estaban todos aburridos y tenían mucho calor. Por suerte, la plantación tenía una piscina. Mi madre estaba impresionada porque también tenían agua fría y caliente en la casa. La casa de mi madre no tenía agua caliente.
Mi abuelo trabajaba muy duro para US Rubber. Una vez, no pudo tomar su vacación. Había planeado ir a Bali, pero en vez de ir a Bali, mi abuela llevó a sus dos hijas y su hijo de cuatro (4) años a un centro turístico en Berastagi mientras mi abuelo trabajaba. Hacía más fresco en Berastagi porque estaba en las montañas. Mi abuela leyó el libro “Swiss Family Robinson” a sus hijos en el viaje.
Mientras en Berastagi, querían ver una cascada. Mi abuela pagó a un guía. Sabía que sería una aventura en la jungla, pero fue mucho más que esperaba. Mientras pasaban por la jungla, el hombre sacaba su machete para cortar las plantas. Cruzaron un río muy fuerte en unos troncos. Llegaron a un punto donde no pudieron continuar, la jungla era demasiado densa y el sendero demasiado peligroso. Volvieron al hotel sin ver la cascada. El guía encontró un milpiés de unos quince (15) centímetros y mi madre lo llevó a casa como mascota. Mi madre pensó que el viaje en la jungla fue toda una aventura, pero mi abuela estaba muy asustada.
El contrato de mi abuelo con US Rubber fue por tres años, pero el clima político de Indonesia en el año 1961 (mil novecientos sesenta y uno) cambió todo. La nación se hizo peligroso y mis abuelos tuvieron que irse más temprano que esperaban. Tuvieron la opción de volver a Estados Unidos por barco o por avión. Si decidieran ir por barco, seguirían la misma ruta que tomaron a Indonesia, o sea, pasando por el océano Indio, el mar Mediterráneo y el océano Atlántico. Si decidieran ir por avión, volarían por encima del océano Pacífico. Mis abuelos decidieron volar porque así podrián decir que habían dado vuelto al mundo.
Mi madre, sus padres, su hermana y su hermano salieron de Indonesia el veinticuatro de julio de 1961 (mil novecientos sesenta y uno). Subieron al avión en Medan, Indonesia y volaron a Bangkok, Tailandia. Se quedaron en un hotel grande y pronto perdieron a mi tío. Después de una búsqueda frenética, lo encontraron subiendo y bajando en el elevador. En Bangkok visitaron un mercado flotante, el Gran Palacio, las barcas reales y el Templo del Amanecer con el Buda de Esmeralda.
Dos días después, fueron por avión a Hong Kong. En Hong Kong, se quedaron con un amigo en su apartamento. Fueron de compras en Hong Kong y en el centro subieron a un autobús de dos pisos. Vieron los edificios altos en el centro de Hong Kong. Después fueron al océano y nadaron.
Después de Hong Kong, mis abuelos y sus hijos volaron a Japón. Se quedaron en el Hotel Imperial en Tokio. Vieron la Torre de Tokio, una torre de telecomunicaciones y de observación. La Torre de Tokio solo tenía tres años cuando la vieron. Un viaje especial que hicieron en Japón fue visitar Yokohama. Mi abuelo estaba en Yokohama durante la ocupación de la Segunda Guerra Mundial.
El cinco de agosto, mis abuelos y sus hijos volaron de Japón al estado de Washington. Salieron de Japón a las once y media de la noche y llegaron a Washington a las seis de la tarde ¡del mismo día! Cenaron en Washington con familia. El hermano y la hermana de mi abuelo vivían en Washington. Así mi madre comió 6 comidas en un día: el desayuno el almuerzo y la cena en Japón, el desayuno y el almuerzo de nuevo en el avión y la cena de nuevo en Washington. ¡El cinco de agosto de 1961 fue un día larguísimo!
Mi madre pasó una semana con primos y tíos en Washington y luego voló con su familia a Grand Rapids, Michigan, donde había empezado el viaje a Indonesia hace un poco más de dos años.
Aunque era muy joven, mi madre recuerda mucho de su vuelto al mundo. Ella está eternamente agradecida a sus padres por tener el coraje de hacer esa aventura genial. Piensa en esta experiencia todos los días y le gusta compartirla con todo el mundo. Recuerdo varios momentos cuando mi mamá diría palabras en Indonesia, su frase favorita es“Terema Kasih” que significa «gracias». Gracias abuelos por dar esa experiencia increíble a mi mamá y al resto de nuestra familia.
El fin.
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